Las actividades en grupo fomentan la empatía y la comprensión mutua
Tras una época de reclusión es momento de reforzar esas capacidades sociales que se han visto mermadas durante el confinamiento
CONTENIDOS
- Actividades musicales
- Ejercicios físicos
- Arte en equipo
Ya antes de la irrupción de la pandemia era típico escuchar, de boca de padres, abuelos o de cualquiera que hubiese sobre pasado cierta edad, eso de “cuando yo era niño solo iba a casa para merendar, cenar y dormir; y mira ahora a los chiquillos, todo el día pegados a la maquinita”. Como todo tópico, tiene su parte de estereotipo y de exageración, pero resulta una realidad innegable que el desarrollo de las nuevas tecnologías -y sobre todo su implantación en prácticamente todos los estratos sociales- ha hecho estragos en la capacidad de socializar en el cara a cara de muchas personas, y principalmente en los más pequeños.
La infancia es el período vital esencial para aprender ciertos comportamientos, creencias y actitudes sociales. Aquellos patrones de conducta que no se adquieren durante los primeros años de vida son muy difíciles de aprehender más adelante. Hay estudios que atestiguan que, a partir de los 10 años, es casi imposible aprender una lengua como lo hace un nativo. Pero más allá de los conocimientos y las capacidades cognitivas, los juegos en grupo y las actividades con otros niños ayudan a nuestros hijos a ser más empáticos, más generosos y a desenvolverse mejor en su entorno. En este artículo repasaremos alguna de las actividades en equipo más beneficiosas para el desarrollo de las aptitudes sociales de los más pequeños.
Actividades musicales
La música amansa a las fieras y, en ocasiones, los chavales se comportan como tales. Pero no solo eso, sino que la música tiene propiedades beneficiosas de toda clase. Apuntar a nuestros hijos a una banda musical les beneficiará en múltiples aspectos: compenetración con el resto de pequeños músicos, capacidad acústica, memoria e improvisación ante situaciones adversas. No es casual que en los colegios y en los países que más horas semanales de música se imparten, el resultado en el resto de asignaturas sea también superior.
Pero más allá de tocar un instrumento, también se puede aplicar la música a dinámicas que incluyan ritmos diversos como las sillas musicales o, para los más peques, los abrazos musicales: una música suena, cuando esta para, dos nenes deben abrazarse, la música vuelve a sonar, al detenerse de nuevo el abrazo debe ser de tres, así sucesivamente hasta un gran abrazo final. Y sí, es una dinámica algo controvertida en tiempos de pandemia, pero poco a poco hay que retomar las costumbres pre-COVID y el contacto físico es beneficioso para obtener autoconfianza y liberar posibles tensiones o miedos en cualquier período vital.
Ejercicios físicos
Hay vida más allá de los deportes de pelota, aunque tampoco estos deben de descartarse. Seguro que de pequeña has jugado al churro va, al pañuelo o al pilla-pilla. Pues bueno, los juegos de persecuciones y los juegos físicos en grupo, como es obvio, también ayudan a socializar. Sin embargo, hay algunos que requieren de mayor complicidad y cooperación entre compañeros como puede ser el balón prisionero, atrapa la bandera o el juego del dragón (o la serpiente). Este último consiste en dividir al grupo de niños en subgrupos de unos ocho. El primer niño hará de cabeza y el último de cola, llevando un pañuelo colgado en la cintura. La cabeza intentará coger las colas de los demás dragones. Y la cola, ayudada por todo su grupo, intentará no ser cogida. Cuando una sola cola es robada, el dragón al que pertenece el pañuelo se unirá al que le ha cogido la cola, formando así un dragón más largo.
Arte en equipo
Fomentar la vena artística de nuestros hijos o alumnos también es algo que puede hacerse en grupo. Manualidades, teatro de marionetas, collages o pinturas a acuarelas o ceras. Todas estas actividades pueden ser excelentes opciones para que los niños aprendan a trabajar en equipo, a tomar decisiones conjuntas y a ponerse de acuerdo. Al mismo tiempo, se fomenta su creatividad y su imaginación. Algo similar sucede con las dinámicas de creación de relatos, en los que un adulto comienza una historia y, por turnos, los niños deben continuarla. Entre todos se puede escribir cuentos nunca antes escuchados.
Las posibilidades de socialización son casi infinitas: juegos de mesa, rompecabezas, deportes en equipo; la clave radica en fomentar la comunicación y el diálogo entre los más pequeños, descubrir qué dinámicas gustan más y saber aplicarlas para que los niños aprendan a socializar al mismo tiempo que se divierten y adquieren nuevos conocimientos. Nuestros cuidadores de niños son conscientes de todas estas ventajas y saben aplicar la dinámica adecuada en el momento adecuado: no dudes en contactar con nosotros si necesitas ayuda con tus hijos.